La Historia de una aventura llena de Gente buena y bicicletas montañeras.
No
deja de sorprendernos que cada vez que nos toca contarles nuestras
experiencias resulte difícil si calificarla como la mejor o entre las
mejores de nuestras travesías .Para no igualarla o situarla en
condición de ventaja ante las otras, pudiésemos denominarla como “una
aventura valiosa”, ya que nos dejo repletos de momentos gratos, nos hizo
fortalecernos como grupo y aprender a superar momentos adversos en
condiciones de mucha tensión.
Llevar a cabo este reto
implicaba una aguda navegación y sentido de la responsabilidad, tan
simple como que nos enfrentaríamos a grandes extensiones de terreno
repletos de fauna silvestre, ríos profundos abundantes en rayas,
anacondas y caimanes, calor inclemente y escasa agua, argumentos que nos
planteaban un desafío de dimensiones épicas.
La
coordinación de tal empresa requirió de la búsqueda de información y
logística propias de la zona, que por fortuna y gracias a nuestro equipo
de planificación dimos y contamos con el apoyo del personal del hato Masaguaral dirigido por el gran amigo y colaborador José Gregorio Acosta
cuya invaluable labor es digna de ejemplo para todos aquellos que nos
interesamos por cuidar el ambiente, promover la conservación y realizar
actividades deportivas de bajo impacto en pro de la biodiversidad y la
naturaleza, que sumándose a nuestra campaña, facilito en gran medida el
éxito de nuestra travesía.
Un ejemplo a seguir
No
podríamos continuar nuestra historia sin aprovechar este espacio
enfunción de multiplicar las cosas buenas que se hacen en nuestro país,
por ello quiero hablarles del hato Masaguaral, en el cual, durante los últimos
65 años se han experimentado con prácticas de producción agropecuaria,
conservación de la biodiversidad, investigación científica y
concienciación ambiental; participa en el proyecto oficial del
Ministerio Popular para el Ambiente de zoocría del “Caimán del Orinoco”
(Crocodylus intermedius), una especie en peligro de extinción, con el
fin de reforzar sus poblaciones naturales. Además participa en el
levante de neonatos de Tortuga Arrau (Podocnemis expansa) y Terecay
(Podocnemis unifilis), también amenazadas.
Es importante
resaltar que Masaguaral no es un lugar destinado al turismo, pero si
apoya a todas aquellas iniciativas que contribuyan a desarrollar
actividades, y aptitudes ambientalmente responsables, lo que permite
definir este espacio como: científico, educativo y social.
Día 1:
Cuatro son los días que necesitamos para completar este reto que inicia el 8 de febrero en compañía de Álvaro Rodriguez, Edwin Morales, Gustavo Morales, Julio Requena, William Flores, Hector Villamizar
y su narrador eco hatillano de costumbre. Descansados y con el sueño
encima nos vamos despertando poco a poco y el sol entra por todos lados
en las cabañas del hato Masaguaral, para cuando caemos en
cuenta son ya a las 9am y el triton nos espera afuera listo para salir.
El retraso no se hizo esperar y con mucha paciencia nuestro amigo Yoel Acosta
nos aguarda hasta las 11am que es cuando todo esta listo para partir.
Encaramados como cochinos al matadero en la parte tracera del camión
con todo lo necesario, partimos rumbo a Palenque, tramo que
tomó un poco más de dos horas hasta la entrada del camino que nos
llevaría a el parque. Ya abajo y luego de las habituales despedidas,
dimos paso a enrumbarnos a los llanos centrales con un GPS que ofrecia
muy poca información del sitio y una brújula cuya tarea sería vital para
la culminación del trayecto.
Una historia que comienza mal pero termina muy bien.
Con
algo de terreno rodado, la tarde fue cayendo, buscábamos el famoso Pozo
Azul para acampar a su orilla, pero fue en su búsqueda cuando nos
topamos con un residente que transitaba vía Las Mercedes del Llano que
muy amablemente nos explico que el famoso pozo estaba derrumbado y
hecho pantano, que en ese caso nos desviáramos a el paso del burro que
según él era de atractivo turístico y quedaba solo a 20 minutos de ahí.
De esta forma y acatando el consejo, desviamos la ruta confiados en
llegar pero por el contrario llegamos a una red de caminos entrelazados
que nos extraviaron por más de tres horas y causaron que la noche se nos
encimara y acampáramos en un lugar desconocido bajo dos arbustos de Chaparro
que cuales sabuesos buscamos entre la sabana oscura hasta hallar el
adecuado y lo suficientemente grande para soportar el peso de siete
hamacas. La noche fue lenta, el frio inclemente, casi nadie durmió a
causa de la brisa, sin mentir la peor noche de todas.
.
Días 2:
El
amanecer llegó y asi nuestra primera comida del día. Acomodamos
nuestras alforjas cual caballo en las bicis y partimos hacia el sur
buscando la vía de las petroleras paralelas al rio Mocapra referenciadas en el GPS.
Rodamos unos 70 Km aproximadamente, cruzamos y bebimos agua del río Yagrumito y San José,
bajo calor inclemente debimos hacer paradas obligadas todos los días
desde medio día hasta las 2 pm aproximadamente ya que el sol nos
recalentaba y era necesario resguardarnos en la sombra.
En
estas condiciones continuó la travesía, el tiempo corría y la tarde
caía, ese dia en particular el agua estaba escasa y para empeorar las
cosas los tramos que indicaba el GPS simplemente ya no existían. Vivimos
momentos de tensión al tratar de guiarnos y aportar ideas; hubieron
choques de carácter en varias oportunidades, pero al final trabajamos
como equipo sin perder la cordura.En ese momento y como enviado de dios,
se cruzo en nuestro camino un llanero motorizado apodado El Pitufo
(Carlos) que cruzaba la vía y que por suerte vio nuestro paso; nos
indico que las vías estaban borradas y eran antiguas, pero que había
otra que conectaba con la petrolera a kms de ahí. Tomamos la vía
opcional que nos condujo a el sector Morichalote ,
donde unos si y otros no, se aprovisionaron del rio que por un puente
escurría sus aguas lentamente de color verdoso turbulento que según
contaban es el habitad de serpientes acuáticas colosales. La marcha
seguía y el camino de las petroleras cada vez era mas inalcanzable,
rodamos unas 4 horas mas y nuestro amigo se cruzo de nuevo en nuestro
camino acotándonos a lo ya dicho de de un morichal abundante en agua
como a 2 kms de ahí, además de dibujarnos en la tierra con un palito la
via mas rápida para tomar las petroleas y el paso del fundo las
guacamayas. Tomando en cuenta lo dicho y fijándonos de los puntos
referenciales basados en palos secos, falsos y matas, seguimos rodando
ya en la oscuridad, hasta llegar y casi oculto, a la entrada el fundo la
guacamaya donde nos recibieron con una escopeta y ánimos caldeados, ya
que con razón, se apresuro el encargado del fundo a sacarla al ver que 7
hombres irrumpían el silencio y su propiedad cosa que según nos cuenta
luego de aclarada la situación, jamás había visto a gente en bicicleta
por ahí y mucho menos llegando de esa forma a su fundo, situación que lo
asusto mucho.
.
Este
bonito fundo esta en manos de su encargado el Sr. Jaime, quien nos
brindo resguardo esa noche en su casa, habilitándonos un corredor con
colgaderos para poner nuestros chinchorros. Fuimos acomodándonos y
bajando las cosas de los morrales al mismo tiempo que sonaba el motor de
la planta a gasolina que encendían por nuestra llegada. Preparamos una
mega sopa “de sobre” con el aporte de todos, a la final no sabías que
comías porque tenía, salmón, champiñones, carne, pollo, mariscos y
cualquier sabor que se imaginen, todo muy sabroso por cierto.
Conversamos sobre todas las cosas que pasaron en el día un rato y nos
dispusimos a descansar.
Día 3:
Al
amanecer estábamos rodeados de chivos, gallinas, perros, cochinos,
pavos etc, todos libres de caminar por esos espacios; el bramar de las
vacas esperando el ordeño era notorio. Avanzaba la mañana y nos dieron
arepitas con queso de allí mismo, además conocimos un vino exquisito
hecho de la pepita de una palma llamada Píritu, almacenada en botellas de refresco que hervían en espuma al destaparlas, sinceramente el vino más sabroso que he bebido.
Después de prepararnos, nos decidimos a salir. El río Mocapra
marcaba la ruta hacia el sur como a 5km de ahí. El plan era rodarle
paralelamente hasta que gradualmente se alejara y nos desviara al río Guariquito
(cruce obligatorio para Cazorla). Pedaleamos todo el día y la
desorientación era frecuente porque las vías marcadas en el GPS
simplemente no existían y debíamos hacer uso de la brújala y rodar en
muchos casos confiando en que la vía que tomábamos nos llevase a las
petroleras. El paso era fuerte y constante, ya que había que bajar el
kilometraje y llegar a Cazorla en el tiempo programado. Este fue el día
más productivo en cuanto a tramos completados, llegando así la tarde y
por suerte encontrando otro fundo en medio de la nada, para que
afortunadamente nos brindaran “de nuevo” cobijo y alimento, acompañado
de excelentes nuevas amistades y momentos únicos e irrepetibles. Este
fundo se llama Los Mangos y su patrón encargado quien ronda los 80años
el Sr. Roberto. Al igual que los anteriores se apresuraron a atendernos y
prestarnos el apoyo en todo lo que necesitáramos.
La
carne en vara llego sin darnos cuenta, acompañada de música llanera,
risas y cuentos. Así que aprovechamos de comer y aprovisionarnos de agua
para el siguiente día. El camino por recorrer según los amigos del
fundo era el tramos más difícil, llamado el paso la fría además de que
en el punto donde saldríamos al rio nadie nos cruzaría. Asi fue como
conversando fuimos detallando la ruta del día siguiente con la
valiosísima ayuda del Negro Pantoja, la cual debíamos tomar a las 430am
previendo los posible extravíos que ya eran comunes en esa inmensidad,
además de contactarnos con un grupo de pescadores que planeaban cruzar
el Río Guariquito esa mañana, debiendo estar antes de su salida
para negociar nuestro cruce y que no dejaran varados ya que no sabían
de nosotros.
Día 4:
Salimos
de madrugada sin poder despedirnos como debíamos de la familia del Sr.
Roberto, era fresquito, sin calor y con una brisita suave, el mejor
clima para rodar largo, pedaleamos y pelamos el primer cruce de unos 7
que seguían, nos perdimos un par de horas y retomamos el rumbo de nuevo,
llegamos cansados a la Riviera del rio Guariquito y así afortunadamente a la casa de los amigos pescadores (Pepe Rivero y José Támes ),quienes
casi a punto de salir nos brindaron su bote para pasar el rio por casi
30 minutos río abajo con el bicicletero encima y todos nosotros dentro.
Las fotos y caras de satisfacción eran evidentes, ya casi teníamos la
travesía completada.
Desembarcamos en La Iguanita, nombre
que le dieron a un paso de rio frecuentado por los pescadores y punto de
inicio para la vía directa a Cazorla. Pedaleamos por un arenal
terrible, en cuyos tramos hubo que bajarse a caminar por la
imposibilidad de pedalear, así entre rueda y pie, conocimos dos fundos
más uno llamado El Guásimo (Rafael López y Familia) y el otro La Favorita (Soraida Delado y Antonio Peña, el Cacho),
todos con gente de excelente calidad humana y por si fuera poco el
respectivo sancochito jejeje, que con unos km adicionales y con la
barriga llena de sopa culminamos en Cazorla.
Es
Así como entre vivencias, cansancio, sed y gente maravillosa,
completamos nuestra travesía por el estado Guárico cubriendo mas de
180km de pura experiencias gratas. Agradecemos a Masaguaral y a nuestro equipo de logística por todo el esfuerzo dado para que este proyecto que nació de una idea, hoy sea una realidad.
Hasta lapróxima aventura
Por: Sherandoe Montilla
ecohatillomtb@gmail.com
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