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¡Hey Venezolano!, ¿Qué haces?

Desde 1936 Venezuela y su proyección futurista se anota entre los países pioneros en darle  importancia a los espacios naturales en función del  equilibrio de la biosfera global y calidad de vida de los habitantes como patrimonio social y cultural de un país que se abre al mundo sirviendo de ejemplo para aquellos que aspiran a crecer dentro de valores sociales y principios. Éste impulso siguió durante varios años  hasta que su fuerza se vio diluida por muchos factores que mermaron su expansión dejando como precedente una red de 44 parques nacionales y 22 monumentos naturales, cifra que creo que es un poco mayor según nos informara inparques en una reunión que sostuvimos un par de meses atrás de la cual sinceramente no recuerdo la cifra exacta. Estas cifras no han crecido en años y peor aún, percibo que esa conciencia naturalista de una sociedad que educaba y moldeaba ciudadanos preocupados por mantener y sostener en el tiempo dichos espacios están extintos, y lo atribuyo a la falta de arraigo cultural que tanto daño ha hecho a nuestro país.
Luego de hacer esta breve mirada por lo que considero el antes, quiero pararme en los tiempos actuales, porque  me turba muchísimo la mente pensar que una sociedad como la venezolana que lleva en su genética cometer los mismos errores por generaciones, cual hijo pródigo de sisifo y que tiende a imitar o copiar conductas erradas de otras sociedades o culturas en menoscabo de la suya, tenga entre manos la responsabilidad heredada de proteger estos monumentos naturales increíblemente maravillosos. Me da angustia pensar que a sabiendas del potencial turístico que tenemos, no sepamos administrar tal recurso y terminemos acabando “también” con nuestros parques nacionales por las agallas egoístas de los oportunistas mediocres y visitantes inconscientes que por lucrarse o no, puedan arrazar con estas riquezas.
El ser oportunista es una deshonrosa actitud que muchos criollos lucen con orgullo, alentando a otros a tomar esos atajos facilones que garantizan estatus, dinero y facilismo chabacano, pero que para ellos, no es mediocridad sino "La Merma *" de las actitudes, sin pensar, que (si es que piensan), que esa cadena de viveza venezolana eutrofiza nuestra cultura y deteriora al colectivo general, degradándonos como ciudadanos y envirulando las buenas costumbres y el correcto proceder, y es aquí donde quiero enterrar mis dedos en el teclado como si mis palabras las grabara en piedra: Veo con grado de extrema preocupación, que la inconciencia este contaminando nuestras montañas y espacios naturales, desde las personas que se guindan como pereza en la cruz del pico Naiguatá, asi como los “nuevos operadores turísticos” que se están reproduciendo como ratones,que entre otras cosas llevan personas al Roraima como si fuese playa pantaleta. Imagínense el panorama aterrador de gente como las perezas del avila echen mano de estos espacios de millones de años  encaramandose en las rocas que se encuentran alli poniendo en riezgo su estabilidad por una foto chistosa o echando mano de algún cristal de cuarzo para la suegra o peor aún, pintandole un hermoso grafiti como los artistas de la cueva del indio, ¿Se lo imaginan?, yo sí y me angustia mucho que se explote el turismo descontrolado en toda Venezuela sin conciencia ni respeto por la preservación. En un libro excelente que leí hace algun tiempo sobre la importancia de las zonas protectoras decía:

Un parque nacional es donde se reconoce y protege la soberanía de la naturaleza, donde se fabrica pacientemente el verde para la inspiración, el sociego y la contemplación”, mejor dicho imposible, pero para llegar a ese nivel de conciencia debemos pasar por un proceso de culturización y reconocimiento de lo nuestro, aspecto que creo que será muy lento de asimilar y para cuando llegue, los tepuyes, selvas y monumentos naturales estarán llenos de balnearios, autobuses y kiosquitos, ejemplo de ello el pico El Águila en Mérida,  convertido en mercadillo de Jerusalén.
El llamado aquí es a la conciencia, es ver nuestras riquezas naturales valoradas por ciudadanos contralores de aquello que dios nos heredó, busquemos la excelencia, si quieren manejar turismo háganlo de forma profesional, prepárense en área, no es cuestión de llevar ganado a la montaña y que allá hagan lo propio, es cuestión de dar valor a lo que se hace, de aportar al bien común y de nuestro entorno, recuerden que conocer es proteger y la mejor forma enderezar conductas erradas.

Somos un país increíblemente aporreado desde que colón atracó sus barcas en  nuestro suelo, no hay una etapa de nuestro record histórico donde no hayamos sido burlados, traicionados,  engañados o estafados, está en nosotros romper ese expediente terrible cuyo cimento es la falta de conciencia y desconocimiento de lo nuestro, recuerda que los tiempos cambian y ya nos son los españoles que pisotean nuestros sueños, somos nosotros mismos que irónicamente con malas decisiones, actitudes egoístas y oportunismo, nos deterioramos todos y con nosotros el país entero, dejemos de lado las actitudes como las de las perezas del Ávila y demos pasos hacia adelante y no hacia atrás.

Para cerrar quiero dejar una fábula muy corta que resume lo que se siente ser venezolano y ver como por nuestra desorientación general nos acabamos poco a poco:

Estaba un águila sentada en el pico de un peñasco esperando la llegada de las liebres, pero no se dio cuenta que fué avistada por un cazador, quien le apuntó y le lanzó una flecha que le atravezó el cuerpo, el águila, viendo que la flecha estaba construida con plumas de su propia especie, exclamó:
¡Qué tristeza terminar mis días por causa de mis plumas!. Esopo


*La Merma: palabra utilizada dentro de argot o modalidad lingüística de los jovenes venezolanos en representación de una actitud sobresaliente o aprobada por todos.

Hasta una próxima reflexión.


Por: Sherandoe Montilla
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"Si te muerde un Murgaño, no durarás un año".".


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